La Policía Nacional envía a la UIP al Torrejón para evitar represalias tras el tiroteo mortal de Isla Cristina
Agentes desplazados desde Sevilla han realizado esta pasada madrugada un primer servicio de vigilancia en la zona, aunque el dispositivo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) durará varios días
El Juzgado de Ayamonte se encarga del caso y ya ha decretado el secreto de las actuaciones
Un hombre muerto y una mujer herida en un tiroteo en Isla Cristina por una venganza entre clanes
El Ayuntamiento de Isla Cristina lanza un «mensaje de tranquilidad» tras morir un hombre y ser herida una mujer en un tiroteo
El tiroteo mortal ocurrido este miércoles en Isla Cristina dentro de la guerra abierta entre clanes ha tenido una rápida reacción de la Policía Nacional, que desde esta pasada noche ha desplegado un dispositivo de vigilancia en El Torrejón para evitar represalias. Tras resultar muerto un hombre y herida una mujer por arma de fuego en la calle Huerto La Potala de la localidad isleña, un subgrupo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se desplazó desde Sevilla al barrio de Huelva capital para mantener el orden y prevenir más altercados.
Según indicaron fuentes policiales a Huelva24, este dispositivo durará varios días, con el objetivo de que no se produzcan más episodios de violencia tras los ya acaecidos periódicamente desde la muerte de Ramón a manos del Baba en septiembre de 2024. Ese día dos clanes emparentados, los Moriñas y los Salazar, pasaron a estar enfrentados dentro en una espiral de violencia que parece no tener fin.
En el marco de una provincia con el índice de criminalidad al alza -+1,9% en el primer trimestre de 2025-, situación manifiesta en el tráfico de drogas y delitos sexuales, también se ha vuelto habitual la tenencia ilícita de armas por parte de determinados grupos y su uso sin contemplaciones, como ocurre con este caso, que ha extendido un manto de preocupación en la población y también entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
En este contexto, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Huelva denunció a través de las redes sociales a raíz de lo ocurrido en Isla Cristina que «mientras seguimos sin ser profesión de riesgo, con la calle como está, la plantilla de seguridad ciudadana bajo mínimos y los niveles de criminalidad por las nubes, los guardias civiles no quieren ir ni a Isla Cristina, Lepe y Cartaya. Por algo será».
Crónica de una muerte anunciada
El tiroteo de Isla Cristina, según fuentes cercanas al caso, ha causado la muerte del padre de Manuel S. S., apodado 'El Baba', en prisión por asesinar a Ramón, y ha dejado maltrecha a una hermana. Con la perspectiva de los acontecimientos encadenados podría decirse que era la crónica de una muerte anunciada, una buscada tras producirse la primera.
El Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción N°2 de Ayamonte es el encargado de llevar este caso, para el que ya se ha decretado el secreto de las actuaciones.
Esa disputa entre clanes de septiembre de 2024 derivó en el uso de las armas de su arsenal y en la muerte de una persona. En el dolor y el miedo sembrado tras ese trágico instante, la violencia se ha perpetuado. Mientras 'El Baba' se ocultaba tras cometer el crimen, la familia rival ponía precio -50.000 euros- a alguna pista de su paradero. Además, se sucedían las noches de terror en El Torrejón, con tiroteos frecuentes contra el bloque de psisos de los familiares del asesino, incendios y amenazas cumplidas. Sin que hubiera detenciones ni freno posible por parte de las autoridades.
Noche tras noche la tensión se transformaba en actos vengativos. La familia del Baba era empujada insistentemente hacia el exilio, a golpe de fuego. Y ni siquiera la detención en octubre de 'El Baba' en Gijón, donde se ocultó en casa de unos primos, calmó las aguas. El asesino que prendió la mecha ingresó en prisión y ahí sigue a la espera de juicio, mientras que su familia emprendió un apresurado éxodo hacia Isla Cristina, sin que fuera conocido.
La paz vigilada imperó un tiempo en El Torrejón, en mitad de un gran despliegue de agentes de la Policía Nacional -más de 200-, que se dedicaron a registrar domicilios y realizar redadas de plantas de marihuana y armas. Fue un paréntesis de días sin incidentes que pareció tener un efecto prolongado, pero sólo en apariencia.
Como en una barca con varias vías de agua, los agentes taparon una, pero el hundimiento seguía avanzando. El foco de violencia se desplazó a Isla Cristina y tras una fase latente acabó volviendo a manifestarse. La familia exiliada se armó hasta los dientes en prevención de la esperada reacción del bando contrario. Realizaban guardias desde la azotea, profiriendo amenazas e intimidando a los vecinos. Esto desembocó en la detención de tres personas por tenencia ilícita de armas y amenazas, dos de las cuales fueron posteriormente puestas en libertad.
Finalmente sus temores se cumplieron. La respuesta que les mantenía con los ojos abiertos se acabó produciendo. Unos encapuchados, según testigos presenciales, se adentraron por la tarde, aún de día, en la calle Huerto La Potola y abrieron fuego. Los disparos alcanzaron a un hombre que acabó muerto, mientras que hirieron gravemente a una mujer antes de que sus autores huyeran. Después llegaron efectivos sanitarios, además agentes de la Guardia Civil y la Policía Local, que trabajan conjuntamente en la investigación en marcha para esclarecer los hechos.
Sin detenciones
De momento no hay detenciones ni muchos más datos sobre las pesquisas que se están realizando, pero todo hace indicar que habrá más capítulos de este serial. Que no sean violentos es el firme propósito de los agentes que desde la pasada madrugada vigilan las calles de la barriada del Torrejón, que vuelve a estar sumida en el miedo y la incertidumbre.
